Equipos de alto rendimiento en las escuelas… una realidad o simple utopía

 


Para ser un directivo y líder en un centro escolar, se requiere de un gran compromiso que sea un estilo de vida, si, la congruencia, la paciencia, el estar identificado con la causa que se sigue, el tener una personalidad sociable, amable y considerada se requiere para ser un directivo balanceado en dominio de sus posibilidades, alcances y limitaciones.

La inteligencia emocional es el perfil que requiere mayor atención, esa capacidad de gestionar las emociones de la manera más conveniente para la salud mental de quien dirige y la armonía del centro, la convivencia cotidiana y el desarrollo de proyectos que llegue a su fin, fomentan las relaciones entre iguales y la sinergia de pensamientos en una idea principal de un proyecto de cualquier índole siempre  cuando se encuentren establecidos la misión, visión y los valores del mismo, que, cuando se desarrollan, permiten desarrollar una cultura de trabajo.

Para incidir en el aprovechamiento y mejoramiento de un equipo de trabajo es preciso predicar con el ejemplo en aspectos básicos como el orden, la disciplina, la congruencia, la puntualidad, la dedicación, el facilitar los procesos para hacerlos dinámicos, fluidos, ser proactivo, esto permitirá que los integrantes del equipo comiencen a participar de manera propositiva, y al directivo crear un ambiente de convivencia e intercambio adecuado, no todo serán éxitos, el fracaso es latente y se debe tener el carácter para superar, aprender y reconocer una equivocación o actividad que nos lleve al fracaso, o a un resultado inesperado poco aprovechable.

La creación de una cultura de trabajo, es un apoyo muy importante, pero debemos saber qué tipo de cultura queremos formar, la de trabajo en equipo, la confianza, la colaboración, la disposición al trabajo la eficiencia o la de la desconfianza, el control excesivo y la traición en este proceso de construcción el líder tiene un papel predominante, debe darle sentido a la organización, sentido de identidad, trascendencia, dirección, conciencia, pertenencia; el establecer estos sentidos da como resultado un liderazgo organizacional que permiten apropiarse a los integrantes de la institución de un lenguaje especifico que se habla al interior de la escuela como un equipo de trabajo.

 

La cultura organizacional que se espera de cualquier institucion educativa, debe sr una cultura de confianza, proactividad, propuesta, análisis, critica, reflexiva que incluya a todos de manera armónica considerando creencias, normas, sistemas, procesos, ritos, símbolos, actos específicos del contexto en que se sumerge, el objetivo es establecer una cultura que nos de la ventaja competitiva como organización y en consecuencia se refleje en los alumnos que asisten a nuestras aulas.

El resultado de estos criterios, debe consolidar equipos de alto rendimiento que incluyan a todos, que se establezcan en la comunidad escolar y que principalmente, construyan a bases sobre las que se desarrollaran nuevos líderes que reproduzcan esta cultura con su propio estilo, ya que cada líder tiene su característica única de ejercer su liderazgo en función de sus capacidades, aspiraciones, entorno, etc., el legado de una cultura se construye cuando quienes se encuentran inmersos en ella, la desarrollan y llevan más allá de su entorno inmediato.

 



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