La importancia de preparar a la comunidad escolar para el cambio.


Para sembrar una pequeña semilla, que algún día será un majestuoso árbol, se debe preparar la tierra donde será su hogar, ahí, germinara, se alimentará del entorno y si las condiciones son las adecuadas, crecerá, rompiendo las barreras de la misma tierra hasta ver el sol, que con sus rayos, el agua y los nutrientes, se desarrollará para que sus ramas den sombra a quienes estén debajo de ellas, hogar de aves y animales, eventualmente se convertirá en un pequeño lugar en el cual se sustente una parte del ecosistema al que pertenezca.

Todo se originó en el lugar donde se sembró la primera semilla, para ello, la tierra se preparó, así de importante es iniciar con los ajustes necesarios para propiciar un cambio en la cultura organizacional de un centro escolar y tal como sucede con una semilla, también los seres humanos nos enfrentamos con una serie de complicaciones producto de factores diversos, que van desde creencias, usos y costumbres hasta limitaciones legales o burocráticas.

Existe en las organizaciones un rol que asume cada integrante, y no es sustituible, intercambiable o innecesario, sin embargo, parte de la conducta humana es inherente a la resistencia, si, es parte de la naturaleza humana como una forma de protección y conservación el acercarse lo desconocido, de aquello que escapa de nuestro control o que modifica el sistema de creencias, el establecimiento de rutinas, roles, usos, costumbres, etc.

Una complicación adicional con la que se encuentra el directivo es el cambiar las rutinas que se llevaban sin lastimar, la efectividad de quienes integran el centro escolar, es difícil señalar una rutina equivocada, lo adecuado es influir en su modificación y convencer en una mejora en ahorro de tiempo, esfuerzo o trabajo adicional.

La información de los que se pretende, el dialogo, la formación en el área a mejorar, son factores que facilitan la preparación al cambio de rutinas, procesos o instauraciones de SGC, el permitir, opinar y conocer son estrategias que permiten disminuir la resistencia al cambio, lo que debe ser por medio de pequeños pasos recordando que todo cambio es gradual, sistemático y cuesta inversión de tiempo, diseño, esfuerzo y finamente es un apoyo importante el reconocer a quienes otorgan más de lo que se pide, si a quienes se identifican con la misión y permiten avanzar, proponer, mejorar, que tienen un comportamiento proactivo.

Como directivo el hacer visibles los problemas, causas y consecuencias en el centro de trabajo, es vital es una de las estrategias, que permiten situarnos en nuestra realidad, a partir del diagnóstico y la sistematización, escuchar las consecuencias negativas que afectan el desempeño laboral, docente y no docente en el área, escuchar las voces, opiniones y actitudes al trabajo, es elemental en la correcta implicación del personal y el ejercicio de sus roles en los diferentes espacios.

No es necesario abandonar la cultura organizacional con la que se labora, la combinación de una cultura reactiva y una proactiva (que pueden coexistir en la dinámica laboral), da como resultado una cultura activa, desde la experiencia se aprende y de ella también, existe múltiples aspectos que aun cuando la era actual  cuenta con herramientas de trabajo que apoyan un manejo más adecuado y eficiente, el origen del problema puede ser el mismo, y es aquí donde la experiencia amplia el panorama o puede ofrecer una óptica pequeña y a partir de ella ampliarla, no se debe dejar al abandono por el hecho de ser atemporal.

En el momento de analizar problemas y establecer sus orígenes, considerando la experiencia y las herramientas con las que contamos, es posible apropiarse y trabajar con perspectivas 80/20 de Paretto, legitimar las percepciones, también aporta al análisis, recordemos que los hechos concretos aportan más que las actitudes, pero es normal expresar las emociones, el proceso pedagógico las involucra y por ende, el acto de formar, también es parte de ellas, sin embargo, las percepciones de las diferentes actitudes, sentimientos, emociones con respecto a una situación particular, se debe legitimar a través de herramientas como la medición, la relación del beneficio o la mejora respecto a una condición.

Uno de los fines perseguidos, es el establecer una cultura del aprendizaje de cada aspecto, si, acrecentar la experiencia del colectivo, la experiencia del instituto escolar en tanto sea posible hacerlo, de cada evento, problema, complicación, se puede aprender, poco o mucho, aspecto positivo o que nos haga visualizar un error, es sujeto de análisis y aprendizaje, además, la constancia y continuidad en el seguimiento, son claves para visualización de evaluación y retroalimentación.

Al realizar el diagnostico, se debe identificar el modelo que prevalece en el centro escolar, si dicho modelo es el de Control Unilateral, el establecer un ambiente laboral diferente y crear un clima en la escuela que favorezca al Modelo de Aprendizaje Mutuo, facilita el cambio y se convierte en lo casi sería un requisito para realizar un cambio, desde la experiencia y perspectiva de quien escribe, el factor humano es determinante en el éxito o fracaso de un cambio, su adecuada gestión a partir de modelos que tengan un objetivo d aprendizaje, son atemporales, ya que si se crea un clima propicio, la mejora será más sencilla de llevar a cabo y a instauración de un SGC, cada vez se puede aproximar mejor a lo necesario para el mismo.

El Modelo de Aprendizaje Mutuo, con una meta definida, una forma de aprendizaje permanente, la creación de una ambiente de aprendizaje adecuado, la proactividad como un estilo de trabajo, la trasparencia como una cultura, tendrá como consecuencia la mejora en las relaciones interpersonales, libertad para nuevas ideas, se construyen las bases para el trabajo colaborativo, se colabora en el sistema, directivos y trabajadores.

Desde una óptica de planos de análisis, una herramienta útil es tener un plano de perspectiva adecuada, tal como posibilita un helicóptero la visibilidad de una edificación, el análisis y monitoreo de la institución educativa, esta perspectiva, permite la posibilidad de logra un enfoque holístico en la planeación del trabajo directivo, la consideración de la multifactorialidad de las dimensiones del desempeño del líder der trabajo en un ambiente controlado es primordial.

El espacio óptimo para el intercambio, la información, formación y análisis del colectivo escolar es el Consejo Técnico Escolar, el análisis del proceso a seguir, es el siguiente: identificar problemas, jerarquizarlos, priorizar, generar una visión de futuro, estrategias para alcanzar la visión y generar soluciones, en reuniones, se toman decisiones, se elaboran planes, su implementación, como retroalimentarse, las acciones de evaluar-ejecutar, explorar nuevas complicaciones.

Cuando se lleva a cabo lo anterior, se consigue el efecto psicológico en los integrantes del colectivo docente, esas interacciones efectivas derivan en situaciones como satisfacción de ser elemento de cambio, sentirse parte de un grupo, la influencia recíproca en el aprendizaje y el sentimiento de pertenencia.

Lo anterior, redunda en una mejora e identificación con el proyecto, la facilidad en el proceso de colaboración de las diferentes academias, la integración de equipo de trabajo, pero, especialmente, un ambiente y clima laboral renovado, armónico, dispuesto al cambio y la mejora.

Las líneas que escribo son desde mi perspectiva, experiencia y el apoyo académico que me permiten identificar lo vivido en procesos de mejora, la meta es crear o integrar una comunidad de aprendizaje que sea proactiva, maleable y que, conviva, construya e interactúe con el líder escolar, o se convierta en parte de los líderes locales en el ejercicio de un liderazgo distribuido.

Ahora, solo nos queda, sistematizar los esfuerzos de todos y convertirlos en una herramienta útil, informativa, sencilla de interpretar, que sea accesible a todos y sea parte de la comunidad escolar para diferentes fines.

 



 

Comentarios